lunes, 7 de abril de 2014

Soy yo

Hoy he pasado una tarde más bien mal. No es por el hecho de que hubiera sido una tarde soleada y yo me encontrara tristemente en la oficina, sino por el hecho de la soledad. La soledad contra la que intento luchar cada día.

No voy a entrar en temas del pasado lejano, que en la actualidad me siguen vinculando, sino a lo que es la estabilidad emocional. todos aquellos vendedores de ilusiones, de futuros imposibles que nunca se dan, y lo decepcionada que una se queda pensando en que siempre pasa lo mismo.

Llevo un mes que es un no parar de decepciones. Sí, en un principio yo fui la culpable, no se si es el hecho de pedir demasiado, o incluso el no pedirlo, porque ya ves que tu pareja no va a ser reciproco, pero el sentimiento de soledad, es un sentimiento extremadamente desagradable.

Es una tontería, pero en primavera me suelo fijar en las parejas de los parques, y mis favoritas siempre son aquellas parejas de señores mayores que todavía van agarrados de las manos, unas manos que han vivido una vida, y que pese a todos los problemas que hayan surgido siguen agarradas.

En esos momentos no puedo menos que sentir envidia, envidia de una vida que no he vivido y con la que no puedo decir que en la actualidad haya encontrado a nadie. No es el hecho en sí de tener a alguien porque sí, es el hecho de sentir que has conectado con una persona con la que, ya no me voy a las típicas situaciones en las que se dice: vamos a vivir una vida juntos, ya he pasado ese nivel de fantasía, sino simplemente el hecho de congeniar con alguien y te muestre, que no sea cobarde, que te apoye y te acompañe, igual que tu haces lo mismo con él.

No es por el hecho de ser egoísta, y decir, ya es hora de que encuentre a alguien, es por que me encuentro demasiado sola y ya llevo mucho tiempo besando sapos.

Esta tarde me di cuenta de mi último sapo, y no es agradable. Cierto es que no había generado grandes esperanzas, pero el momento del rechazo sigue siendo igual de doloroso. Por que al final siempre asalta la pregunta ¿Soy yo?

Y lo peor es que se la respuesta, si. Pero no es un sí de saber que eres culpable de ser la víctima, o porque siempre voy haciendo las mismas cosas para que siempre pase lo mismo, no. Soy culpable de mis elecciones. Soy culpable de siempre escoger a las mismas personas con la misma tendencia, una tendencia que nunca se va a centrar en mí. Soy culpable de generar una serie de ilusiones que desde mi fuero interno una pequeña vocecita suele decir: no te ilusiones, y que pese a todo no le hago caso. Soy culpable por seguir llevandome por unos impulsos que no son favorables y que pese a tener conocimiento de ellos sigo dejándome llevar pese a saber el resultado.

Así que sí, soy yo, la culpable de ilusionarme porque en el fondo soy una romántica. Porque me encantaría tener ya a una persona con la que empezar a vivir una vida juntos, pese a que el tiempo sigue pasando. Porque me dejo engañar por las ilusiones de aquellas personas que quieren engañarme. Por dejar que me vendan unas ilusiones personas tóxicas. Porque el convencionalismo social me impone hacer una serie de cosas que todavía no he sido capaz de hacerlo.

Y después de todo, simplemente decir. Estoy cansada. Estoy cansada de buscar. Estoy cansada de besar sapos. Y estoy muy, pero que muy cansada de ser la idiota que deja que le regalen ilusiones. ¿Soy capaz de aprender?

Uy, que rollo he soltado. Simplemente como final, quiero enseñar mi sueño, aunque cada día es más inalcanzable. Buena Semana.


P.D. Disney no te lo tomes mal... (Fuente :jerrymahoney.files.wordpress.com)


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