Me siento como si fuera una cotorra, no he parado de hablar en todo el día, desde cómo hacer una obra de teatro, de arte simplemente, o puramente cuestiones laborales. Como se ha podido apreciar lo que más me cuesta es la escritura. Y dentro de la escritura la constancia. Una circunstancia que claramente no se aprecia desde la creación de éste pequeño diario, con escasas ocho entradas, y habiendo intentado mantener la firme promesa de que el mismo sería diario.... No voy a repetir lo que he dicho tantas veces, soy un desastre. Y creo que en todas las relaciones, el principal motivo de que esté soltera.
Pese a todo tengo un buen fondo. Una promesa que me intento hacer todos los días aunque esté desanimada, el obligarme a hacer una buena obra todos los días. No es el hecho de que me fuerce a ser una buena persona siendo un diablo en mi interior. sino el hecho de sentirme bien ayudando, y que cada día se nos puede olvidar el ayudar a los demás o simplemente el hecho de hacer un favor a los demás.
Es en la única cosa en la que me he mantenido constante. Día a día sigo haciéndolo. No es el hecho de volcarte en ayudar a los demás quedándote tu en un segundo lugar, simplemente es ayudar. Con una palabra, un abrazo, o intentando transmitir la positividad que a tu interlocutor le falta porque ha tenido un mal día. Al final son los detalles. Porque si lo pensamos, el universo es demasiado grande, la tierra es demasiado grande, nuestro país es demasiado grande, y al final se van olvidando los detalles. Esos pequeños detalles que no llevan a nadie, pero que ayudan a alguien a ser feliz, o simplemente a sacarle una sonrisa. Esa sonrisa es mi recompensa diaria.
Y hoy ha sido un día de hablar, de resolver los problemas del mundo con una conversación sin solucionar nada, pero esa calma y esa tranquilidad que se queda después de que las personas con las que estaban se despidan de tí con un abrazo es lo que me da la felicidad.
Sigo molesta conmigo misma, y enfadada por todo lo que no soy capaz de hacer. Pero el intentar salir del pozo cada día, y el intentar ayudar a los demás a ser felices es lo que me ayuda. Como me dijeron hace mucho tiempo, mi sonrisa es el espejo de mi alma que esconde una tristeza, hay que quitar la cortina para verla pero se mantiene la sonrisa.
Espero que haya sido un buen martes!
X.O.
Cheno
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