lunes, 9 de febrero de 2015

Desamores

¿Por qué?

Una buena forma de comenzar a escribir. Estoy segura de que soy demasiada romántica por mi propio bien. No debería serlo tanto, pero qué se le va a hacer, soy una persona Disney 100%, y cuando he ido creciendo las películas de Amelie o el Amor y otros desastres me han ido acompañando.

Por así decirlo soy una persona forjada de amor, un amor que no se reparte, un amor que se da y te lo devuelven destrozado. Un amor que comienza con cariño pero que una vez convertido en amor te devuelven el corazón destrozado.

A lo mejor es porque ya me he cansado de esperar. Pero, de esperar ¿a qué? Si no es ese príncipe azul del que todas las películas me han hablado, del que todas las princesas disfrutan para su banquete de perdices. Realmente cual es el fin de esperar.

Ya he dicho que me he cansado de besar sapos, de ser la segunda, el plato que tomas cuando te apetece, ese plato que se degusta sin mas. No es que vincule mi felicidad a esa persona especial que nadie ha puesto en mi vida. Sino que espero y ansío esa felicidad completa de la que tan pocas veces he disfrutado, de pasar una tarde de Domingo sin hacer nada, simplemente los dos.

No creo ser tan diferente a esas otras personas que tienen a ese alguien especial, al fin y al cabo todos somos seres humanos y todos respiramos. Vale, no es un buen punto con el que comenzar, pero al fin y al cabo es otro como cualquier otro.

Pero sí, me siento diferente. Si los opuestos se atraen no querría saber que es lo que me depara el futuro que por ahora sigo siendo buena persona, pero si es alguien similar... Tengo un pajar en el que buscar un aguja.